La verdad es que lo de los guiris no tiene arreglo, convertir Cádiz en Pamplona y hacer creer a los aficionados al cine de acción que en la trimilenaria hubo encierros alguna vez es de chiste. Y lo mejor ha sido lo del fallido encierro del domingo, más de uno se llevó un susto cuando vió a la manada de becerros correr hasta la Caleta. De coña, digo, como la foto del menú que publicó en portada La Voz el otro día, creo que era del bar del "Love". Picha que arte, y es que esto es Cadi Cadi en estado puro.
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