sábado, 28 de febrero de 2009

Gracias a Thierry Henry, adios a Gillette


Dice el amigo Thierry Henry, un francés de nueva generación, que Cataluña no es España, que esta región no pertenece a la nación más antigua de Europa. Lo dice él, que debe ser además de futbolista: historiador, sociólogo y, por lo visto, también psicólogo, porque según él eso "hay que sentirlo".

Probablemente, hace 500 años, cuando sus antepasados todavía andaban con taparrabos por las selvas de África (cosa que es tan legítima como darle patadas a un balón hoy en día), nuestra nación ya existía, tenía leyes, organización, universidades, comercio y ejércitos que dominaban el mundo.

Pero el amigo Thierry, la imagen de la marca Gillette, ha dictado sentencia desde su atalaya, apuntalada probablemente por el nerviosismo de quien no da una a derechas desde hace semanas y cuya tensión hace que pierda los nervios y la templanza y caiga en la tentación de lanzar soflamas incendiarias que oculten las debilidades propias.

Como Thierry no se corta un pelo, Gillette, acabas de perder un cliente fiel de toda la vida de Dios.

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