Vivimos tiempos de conflictos sociales: de parejas, de familia, de escuela, de trabajo… son muchos los frentes que el ser humano moderno tiene ante sí. En la antigüedad la conciencia grupal era garantía de supervivencia, el colectivo, la tribu, la UNIÓN hacía la fuerza. Tras el Renacimiento el germen del individualismo contagia el espíritu del ser humano y supone un gran motor para el desarrollo de la sociedad, pero ha provocado que cada vez estemos más solos.
Solos en un mundo donde la ciencia explica el funcionamiento de las cosas pero no el sentido de la vida y de la evolución, y donde la religión se aferra cada vez más al dogma pero tampoco contesta a la gran pregunta del individuo, estamos pues ante la dicotomía entre religión o ciencia, fe o razón.
¿Qué hacer? Aristóteles hablaba del punto medio, donde se hallaba la virtud, puede ser que ese punto medio se encuentre entre la fe y la razón.
O quizá que la Virtud está en el Puerto, entre Cádiz y Jerez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario