Se veía venir desde hace tiempo, y puede ser mucho peor. En una isla-ciudad como Cádiz , de difícil acceso y salida peor, la llegada de cientos de miles de personas con ganas de cachondeo y cargaditas de bolsas del Supersol llenas de bebidas alcohólicas no puede dar mucho más de sí.
La trompa y la turba son así, por más que se esfuercen las diferentes policías y los responsables del Ayuntamiento, el desgobierno es absoluto: toneladas de basura, heces y orines. Cientos de heridos y contusionados. Caos circulatorio, ausencia de servicios mínimos, mobiliario destrozado...es CarnaMal.
Algún día pasará algo grave, pero es el destino del hombre, y no nos cambian ni Hércules ni los tresmil años de Gadir.
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