La polémica está servida, la joven musulmana madrileña que intentó saltarse las normas de su colegio llevando un pañuelo en la cabeza ha conseguido que suenen todas las alarmas, porque claro, es un tema muy importante y trascendente...
Estariamos bastante más tontos de lo que ya estamos si después de tanta lucha por los derechos individuales fuera a "bienvenir" aquí vasca de otras latitudes saltándose a la torera nuestro orden y libertades bien ganadas a pulso durante décadas.
El famoso Hiyab es algo más que un pañuelo, es un símbolo de sumisión que se le pone a cualquier gachí occidental cristiana o atea que ose poner los pies en Arabia Saudí o Irán so pena de ser detenida y encarcelada. Es lo que es, si tanto les preocupa a los musulmanes nuestra visión del tema que traten de convencer a sus gobernantes religiosos de que abandonen sus prácticas tan poco liberales, si lo consiguen a lo mejor pueden intentar convencerme a mi de que es un adorno sin importancia.
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